Donde dije digo...

Donde dije digo, digo Diego y como rectificar es de sabios digo que tengo mucho que decir. Un repaso a los weblogs habituales le hacen a uno querer escribir de todo. Creo que tendré que sacar más amenundo mi PDA o volver a los antiguos trozos de papel, que siguen teniendo todo su encanto. Lo cierto es que en muchas ocasiones a uno le gustaría tener una conexión directa cerebro-blogger para postear directamente los pensamientos. Yo, cuando menos, creo en mi cabeza unos tres o cuatro posts diarios. Luego, se esfuman, se diluyen en el ajetreo laboral y no hay quien los vuelva a encontrar. Vosotros, bloggers del mundo, ¿cómo os las apañáis?

La importancia del color

No me he olvidado de vosotros, y tampoco de mi etapa de diseñador. Una cosa que aprendí es la importancia del color a la hora de transmitir mensajes y de guardar la imagen corporativa de una institución. Por eso me ha chocado tanto ver esos colores cálidos junto con el frío azul habitual del PP. ¿Alquien sabe el porqué? ¿Será para calmar los ánimos? ¿Para dar un mensaje más relajado? ¿A Jaime no le gusta el azul?

No tengo nada que decir

"Nada que decir" es una gran canción de Fito y los Fitipaldis. Y viene al caso con este weblog estas últimas dos semanas. La última he estado liado, acabando el proyecto en Marruecos y ni siquiera he tenido tiempo de pensar en algo para contaros. Esta acaba de comenzar, con nuevo proyecto en Madrid, mucho más relajado y creo que me he contagiado.

Con el buen tiempo, el sol y la tranquilidad de espíritu todo se relaja, y mi creatividad y actividad también. Supongo que tengo cosas que decir, pero quizá son demasiado personales, o simplemente estoy perezoso, o las dos cosas...

Por cierto, increíble la versión del Come as you are de Nirvana por Caetano Veloso!!!

Comer en Barna

Hace una semana que prometí un comentario sobre lugares donde comer en Barcelona. Un sitio muy recomendable con un precio razonable es el Plà. Está cerca de la plaza de San Jaume y además de ser un lugar bonito el trato de los camareros es bastante agradable. La carta varía con cierta periodicidad. Si queréis un lugar más refinado, el Tragaluz, tampoco está mal. El menú degustación es más que aceptable aunque ya estemos hablando de precios altos (que no caros).

Si queréis un lugar curioso y especial, no dejéis de ir al Tossal. Famoso por su guiso de canguro, sí, canguro, es un restaurante que engaña por su aspecto. Por fuera, parece una tasca cualquiera, pero sus platos son de una calidad extraordinaria. El civet de ciervo, el foie, o sus gambas al ajillo son platos dignos de un restaurante de cinco tenedores.

Por cierto, no lo he comprobado, pero me han hablado muy bien de unos hoteles baratos (algo muy difícil en Barcelona), bien situados, y que tienen buena pinta. Se llaman Gat y tienen dos hoteles, uno en el Raval y otro en el barrio chino.

Queda pendiente uno sobre sitios en Madrid.