20.8.04

Lisboa 4,5,6...


He tardado en escribir este post, pero necesitaba recuperarme del fin de semana. Lo pasé en Sagres, la punta más al sudoeste de la península, un sitio idílico. Sus playas son increíbles. Agua transparente, unos paisajes fantásticos, un arroz con pulpo de morirse…

Las próximas dos semanas estarán destinadas al exceso gastronómico, al deleite visual y a la paz de espíritu ;-) El norte peninsular me espera!

Ya os contaré…

De momento os dejo con una imagen de la playa de Corduama en Sagres y una serie de wallpapers veraniegos para que refresquéis vuestras pantallas.

12.8.04

Lisboa día 3


Ayer estuve cenando en un restaurante brasileño. Los miércoles tiene música en directo con un hombre que canta canciones de conocidos cantantes cariocas. Estaba justo detrás de nuestra mesa y como éramos los únicos en hacerle caso, hablaba con nosotros constantemente. En un momento de la noche se dirigió a mí para decirme si podía hacerme una pregunta:
- ¿Eres español?
- Si, claro - respondí.
- ¿Sabes porqué lo sé?
- Si, - lo sabía - porque estoy tomando un café con leche…
Es uno de los tópicos (o no tan tópicos) sobre los españoles que circulan por aquí. Hay más, pero eso lo dejo para otro día…

La foto es cerca del río, en una terraza llamada “Os meninos do rio” (Los niños del río).

10.8.04

Hojas de historia


El fin de semana ha sido agotador. He tenido que enfrentarme a kilos y kilos de papeles con más historia y años que yo. Una experiencia apasionante. Mi padre guardaba cientos y cientos de recortes de todos los temas posibles. Entre las joyas, varias decenas de números cero y uno de numerosas publicaciones que, desgraciadamente, hoy ni existen: Sábado Gráfico, Gaceta Ilustrada, Cambio 16, Ajoblanco, Actualidad Económica, un Gentleman muy distinto al actual… En fin, pedazos de la historia periodística de este país. Espero poder poner parte de todo esto al alcance de todo el mundo en algún momento. Lo prometo…

Lisboa, día 2


Hoy ha salido el sol. Lisboa sale a relucir con sus colores y su felicidad melancólica y las vistas de mi ventana no deslucen el conjunto. Esto marcha!

9.8.04

Lisboa, día 1

Llegué ayer, tras nueve horas conduciendo. Desde el pelo hasta la nariz del rostro que forma nuestra península fui pasando por todos sus paisajes. Pero hubo uno que me dejo el corazón helado. Nada más cruzar la frontera (cada vez me parece un mayor anacronismo) me encontré con una imagen heladora: kilómetros y kilómetros de paisajes quemados. Toda esa zona de Portugal está completamente arrasada por las llamas. Llovía y el día estaba gris, lo que, además, añadía una tonalidad más triste si cabe a la funesta visión.

Lisboa me ha recibido gris, pero con una gran sonrisa. Estas dos semanas aquí van a ser magníficas, seguro. Ya os contaré.