Lisboa 4,5,6...

He tardado en escribir este post, pero necesitaba recuperarme del fin de semana. Lo pasé en Sagres, la punta más al sudoeste de la península, un sitio idílico. Sus playas son increíbles. Agua transparente, unos paisajes fantásticos, un arroz con pulpo de morirse…
Las próximas dos semanas estarán destinadas al exceso gastronómico, al deleite visual y a la paz de espíritu ;-) El norte peninsular me espera!
Ya os contaré…
De momento os dejo con una imagen de la playa de Corduama en Sagres y una serie de wallpapers veraniegos para que refresquéis vuestras pantallas.



Llegué ayer, tras nueve horas conduciendo. Desde el pelo hasta la nariz del rostro que forma nuestra península fui pasando por todos sus paisajes. Pero hubo uno que me dejo el corazón helado. Nada más cruzar la frontera (cada vez me parece un mayor anacronismo) me encontré con una imagen heladora: kilómetros y kilómetros de paisajes quemados. Toda esa zona de Portugal está completamente arrasada por las llamas. Llovía y el día estaba gris, lo que, además, añadía una tonalidad más triste si cabe a la funesta visión.
