12.2.04

Casablanca

Una cena tranquila en el restaurante de un hotel que empieza a ser demasiado familiar, donde el cocinero, con una muy agradable sonrisa pregunta por el resultado de su trabajo. Una lectura llena de sentimientos olvidados, y quizá ya pasados, que se mezcla con el agradable sabor de un tartar de salmón y un buen entrecot a la plancha. Fuera, cientos de personas celebran a bocinazos la clasificación de su equipo. En el interior la tranquilidad y la paz se introducen en mi a través del humo del tabaco. Hoy ha salido el sol. Mañana será otro día.