5.4.04

:-)

Es curioso como cuando cambia el humor de uno cambia también lo que le rodea. Los lugares parecen distintos, las calles no son las mismas y todo brilla de una manera especial. La gente es más amable, los caminos más abiertos y siempre luce el sol. Casablanca empieza a tener algo de peculiar, Lisboa es más mágica de lo que ya era, y Barcelona recupera la fuerza de lo cosmopolita. Los viajes monótonos se convierten en pequeñas aventuras y la maleta que me sigue a todas partes pesa menos. Una cámara digital es mi amiga y toma nota de los detalles para que no se me olviden. Además, el frío y nublado invierno ha dado paso a una primavera luminosa. Click! Otra foto...